Ya estamos en verano, y en esta época del año, lo que menos nos apetece a la hora de elaborar nuestros menús es que sean comidas copiosas que acentúen más el calor que sufrimos en nuestras ciudades. Por eso, en este post compartiremos con vosotros un menú saludable, ligero, refrescante y maridado con nuestra bebida fermentada favorita, la cerveza. Y es que, cuando escuchamos la palabra maridaje se nos viene a la cabeza expertos, restaurantes… pero, lo cierto es que maridar nuestros menús no tiene porqué ir de la mano de un experto.

¡Para comenzar!

Comenzamos nuestro menú con uno de los entrantes más refrescantes del verano… ¡el gazpacho! Esta crema elaborada con hortalizas que nos aportan nutrientes como el tomate, el pepino, el pimiento rojo y el pimiento verde, y, aliñado, en su justa medida, con aceite de oliva virgen extra, vinagre y una pizca de sal, reconforta el cuerpo del calor externo. Además, siempre podremos acompañar nuestro bol con unos picatostes y unas virutitas de jamón, que nos darán el toque justo de hidratos y proteínas para este primer plato tan poco calórico. Para no bajar la frescura de este plato, lo mejor es acompañarlo con una buena Lager especial ya que nos aportará un punto herbáceo que combinará a la perfección con el sabor de la crema.

¡Seguimos!

En verano, por norma general, solemos decantarnos más por los pescados, ya sea azul, de roca… que por las carnes. Por eso, en este menú recomendamos una elaboración sencilla y baja en calorías, perfecta para comer después de un buen bol de gazpacho. En este caso, y para un segundo plato, proponemos la elaboración de unos taquitos de atún a la plancha con cebolla caramelizada. La cerveza perfecta para acompañarlo será de trigo, una cerveza perfecta para comer con pescados, ya que aporta los cítricos necesarios, el punto de amargor preciso y actúa como potenciadora de los aromas de los platos con sabor a mar.

Para finalizar

Llega el momento dulce de nuestro menú, ¿Quién dice que un postre no puede ir acompañado de esta bebida fermentada? Para finiquitar este refrescante menú, os sugerimos unos trozos de piña fresca acompañada de una cerveza negra, ya que lo que buscamos es el contraste de una cerveza amarga, con notas tostadas que nos recuerdan al café y al chocolate suavizando el dulzor de la fruta.

Como siempre, recordamos que la Dieta Mediterránea cuenta con un abanico de elementos que permiten combinar numerosos menús, y, además de acompañarlos con agua, también podemos disfrutar de esta bebida fermentada siempre que sea con moderación, es decir, entre 400-600 ml/día en varones y entre 200-300 ml/día en mujeres y en adultos sanos, y es que la cerveza tradicional cuenta con un aporte calórico bajo (44kcal/100ml). Para embarazadas, mujeres en periodo de lactancia o si vas a conducir, la cerveza SIN es una opción más que interesante, con un contenido calórico muy bajo (22 kcal/100 ml).

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