Semana mundial de la lactancia
Los periodos de embarazo y lactancia son de los más complejos y vulnerables para las mujeres y sus familias. No solo deben cuidar su propia salud, sino la de sus bebés, tanto durante el periodo de gestación como después de dar a luz. Estos periodos afectan directamente a sus relaciones profesionales e interpersonales; y eso sin contar en cómo afecta este proceso a su cuerpo y mente: aumento de peso, cambios en los sistemas circulatorio, respiratorio y digestivo… La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra entre el 1 y el 7 de agosto, y viene a recordar que la protección de la maternidad es indispensable para que la lactancia permita un correcto desarrollo del bebé. Pero también se quiere recordar la implicación y las prácticas recomendadas para padres y otros familiares, partícipes también en este proceso. Aunque delicado, el periodo de lactancia también nos brinda una oportunidad perfecta para conectar con nuestra naturaleza y lo que nos rodea.
Por ejemplo, durante la lactancia, la madre y el niño producen oxitocina, una hormona que previene del estrés y la ansiedad. También la lactancia favorece el desarrollo de bacterias intestinales en el bebé, lo que ayuda al correcto desarrollo de su sistema inmunitario[i]. La leche materna contiene, además, distintos anticuerpos que previenen al niño de distintos patógenos infecciosos que puedan encontrarse en su entorno[ii].
La importancia de la lactancia no solo radica en la intimidad y el contacto en el que se ven implicados tanto la madre como el bebé: los tiempos para amamantar, la succión, interpretar las señales del lactante… También es de vital importancia para un correcto desarrollo de los sistemas enzimáticos y metabólicos[iii], encargados de funciones como la respiración, la circulación o la regulación de la temperatura corporal.
En ese sentido, la demanda nutricional del lactante es mayor cuanto más joven es, y su primer año de vida es decisivo a ese respecto. Este periodo de crecimiento es altamente sensible, el amamantamiento reporta beneficios tales como un menor riesgo a padecer enfermedades gastrointestinales, respiratorias y urinarias. En la actualidad, no se ha demostrado que ningún alimento ayude a producir más leche, si bien no existe ningún alimento prohibido para esta etapa, se recomienda una dieta equilibrada y variada.
Es necesario recordar también que el consumo de alcohol durante la lactancia debe ser nulo. En el caso de las madres que deseen beber una cerveza, por ejemplo, pueden optar por la cerveza sin alcohol, que posee capacidades antioxidantes[iv] y ácido fólico.
Algunos estudios[v] sugieren que estos antioxidantes naturales durante el periodo de lactancia participan en la protección contra enfermedades cardiovasculares y en la reducción de los fenómenos oxidativos responsables del envejecimiento del organismo. Es decir, un consumo moderado de cerveza sin alcohol podría reducir el estrés oxidativo del niño tras el nacimiento. También se llegó a comprobar un descenso progresivo de la actividad antioxidante de la leche humana, aunque dicho descenso se reflejó de menor manera en madres con una dieta suplementada con cerveza sin alcohol.
A ese respecto, otros estudios recalcan la importancia del aporte de ácido fólico que puede proporcionar a las embarazadas una cerveza sin alcohol de 33cl. al día, junto a otros elementos como el calcio o minerales como fósforo, potasio o magnesio[vi]. Se ha podido comprobar que la actividad antioxidante de la leche materna desciende a medida que pasa el periodo de lactancia, pero dicho descenso fue menor en madres que suplementaban su dieta con cerveza sin alcohol[vii]. Esta suplementación reduce el estrés oxidativo, tanto para la madre tras el parto como para el bebé tras el nacimiento.
Pero siempre recordaremos que durante el embarazo y la lactancia el consumo de bebidas con contenido alcohólico debe ser nulo, pero para las consumidoras de cerveza, existe la opción sin alcohol, que puede ser una fuente aprovechable de beneficios para la salud de la madre y el feto, siempre que se incluyan dentro de una dieta equilibrada.
[i] “Lactancia materna, el mejor inicio para ambos” (2017). Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. AEPED.
[ii] Rodríguez, D.A., Katuiska, M., Tibanquiza, L., Montenegro, A. “Beneficios Inmunológicos de la leche materna” (2020). Reciamuc.
[iii] de Antonio, L. “Lactancia materna: ventajas, técnica y problemas” (2015). Pediatría Integral.
[iv] Díaz, L.E., González-Gross, M., Romeo J., Vallejo, A.I., Marcos A. “Consumo moderado de cerveza. Estudio nutricional e inmunológico en humanos y en animales de experimentación” (2002). Centro de Información Cerveza y Salud. Docplayer.
[v] Pérez, T., de Argilia, N., Pereira, A., Serrano, L., “Beneficios del consumo moderado de cerveza en las diferentes etapas de la vida de la mujer. Nutrición Hospitalaria” (2015). 32(1), 32-34. Redalyc.
[vi] García, M.D., Hernández, M.L., Quevedo, B. “Seguridad en la ingesta de cerveza sin alcohol durante el embarazo y lactancia” (2016). Congreso Enfermería
[vii] Codoñer-Franch P, Hernández-Aguilar MT, Navarro-Ruiz A, López-Jaén AB, Borja-Herrero C, Valls-Bellés V. Diet supplementation during early lactation with non-alcoholic beer increases the antioxidant properties of breastmilk and decreases the oxidative damage in breastfeeding mothers. Academia.edu. 2013 Apr;8:164-9. doi: 10.1089/bfm.2012.0059. Epub 2012 Nov 27. PMID: 23186386.