San Juan, una noche mágica. Su historia y su gastronomía.
La noche mágica de San Juan, Fiesta de San Juan o simplemente noche o víspera de San Juan tiene en realidad su origen en la festividad cristiana del nacimiento de San Juan Bautista el 24 de junio. Pero es cierto que también esta fiesta se vincula a otro tipo de celebraciones no relacionadas con el cristianismo o anteriores a esta religión.
En Europa, sobre todo en los países mediterráneos, es muy típica la hoguera de San Juan. Esta se suele saltar por encima unas nueve veces y, tradicionalmente, se hacía para dar más fuerza al sol y purificar a los presentes.
Sea como fuere en este día celebramos, ni más ni menos, que la llegada del solsticio de verano. En España, uno de los países donde esta tradición está más arraigada, se festeja en todas las comunidades con tradiciones muy antiguas. Es un error típico relacionar esta noche con la más corta del año ya que, si bien es de las más cortas, no es la más (ya que suele tener lugar entorno al 21 de junio).
En España la tradición varía de unas comunidades a otras en cuanto a la existencia de costumbres típicas de la zona: fuegos artificiales, quema de muñecos o papeles donde se haya escrito algo que se desee cambiar, verbenas, lavarse la cara a media noche… También hay lugares donde la gente se baña en la playa, en lagos, o se expone al agua del rocío de esa madrugada. Esto tiene su origen en la creencia de que en el momento en el que el sol ilumina el amanecer del día 24, las aguas de fuentes y arroyos adquieren un cierto poder especial que incluso puede curar o proteger a las personas.
Pero no todo son rituales y costumbres. También existe una gastronomía típica de la noche de San Juan donde amigos y familiares se reúnen alrededor de la hoguera y, aprovechando las ascuas y el aroma de la leña, preparan chuletillas, costillas, embutidos como chorizos y morcilla, patatas con su propia piel o sardinas a la brasa.
También existen recetas típicas como por ejemplo los Macarrons de Sant Joan, un postre dulce elaborado a base de pasta con leche, limón y canela en rama que es habitual de Ibiza. En zonas próximas al delta del Ebro se consumen las cocas de Sant Joan y en Alicante la coca de atún o la coca de recapte, típica del litoral valenciano que se suele acompañar de sardinillas en conserva. Los gallegos, prefieren para esta noche los ricos cachelos y sardinas (sardiñas en San Xoán pingan o pan) y beber queimada. En Andalucía también se consumen sardinas (espetos de Málaga por ejemplo) y en algunas zonas de Castilla se aprovechan las hogueras para las populares morcillas de Burgos, choricillos, salchichas o longanizas caseras. En algunos lugares también es típico el consumo de un buen pan artesano que se pasa brevemente por las brasas y al que se le añade ajo, aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal.
Prefiramos la carne, el pescado o los dulces, esta noche tan especial podemos pasarla en compañía de nuestros amigos y familiares disfrutando de exquisitos platos. Si preferimos comer algo más ligero, algunos ejemplos que nos sirven como idea para preparar algo rico y sano aprovechando que estamos ante una buena hoguera son: unas brochetas de hortalizas y verduras, un tiras de pechuga de pollo, pavo o conejo a la brasa, patatas o boniato (con piel ambas), mariscos o pescados, brochetas de frutas como piña con toque de canela, pinchos morunos, huevos a la brasa…
Para beber y refrescarnos frente al calor de la hoguera, aparte de agua que siempre es lo más recomendable, podemos disfrutar de una bebida fermentada fresquita, como la cerveza, brindando con la compañía de nuestra gente querida, pero siempre con moderación.
Escrito por: Dr. Ramón De Cangas. Dietista-Nutricionista y Doctor en Biología Molecular y Funcional
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