La situación tan anómala y complicada que hemos vivido estos meses nos ha hecho valorar muchas cosas. Entre ellas encontramos la familia, los amigos, los paisajes, la playa, el deporte… Pero hay algo que nos viene a la mente a todos y que nos ha ido viniendo mientras vivíamos confinados en casa: los bares. Como españoles, no entendemos muchas más formas de disfrutar de los nuestros que sentados alrededor de una mesa y pedir una cerveza y unas tapas.

Las ganas con la que hemos cogido los bares en este tan deseado retorno pueden volverse en nuestra contra y especialmente respecto a la salud y a esos kilos de más que, como se ha demostrado según varios estudios, hemos ganado durante el confinamiento. Por ello, es importante conocer la increíble variedad de tapas y pinchos que nos ofrece nuestra querida Dieta Mediterránea y saber que tapa debemos limitar y cuál nos podemos permitir pedir más asiduamente, siempre intentando seguir una dieta saludable y un patrón alimentario equilibrado.

Ojo con las calorías

Cuando vamos a un bar y nos sentamos a tomar algo con nuestros amigos o familiares tendemos a pedir todo tipo de tapas y, normalmente, las más calóricas suelen apetecer más, en mayor medida tras el confinamiento que hemos sufrido debido a la relación sugestiva y mental entre los alimentos calóricos y el placer. Como decíamos, la Dieta Mediterránea es nuestra gran aliada y sabemos que esta nos recomienda alimentos poco calóricos en general y especialmente nutritivos.

Las recomendaciones alimentarias de la Dieta Mediterránea igualmente se podrán aplicar a los pinchos y tapas, donde podremos encontrar una variedad muy amplia con vegetales como protagonistas absolutos. Las verduras, los espárragos, las berenjenas o las zanahorias serán una estupenda elección, al igual que las aceitunas, los encurtidos o las tapas con champiñones, setas o huevo, muy habituales en nuestras cocinas. Los aliños de verdura y pescado son otra magnífica opción, con el aporte calórico de alimentos mediterráneos como son el Aceite de oliva Virgen Extra (AOVE) o los frutos secos, cuya energía es muy bien asimilada por nuestro organismo.

Estas elecciones pueden ser estupendas opciones para acompañar nuestra cerveza, que además seguirá la misma dinámica que el resto de los productos, con un aporte calórico muy bajo (44kcal cada 100ml)) y un concepto social que nos acerca a los nuestros aumentando nuestra felicidad exponencialmente, factor igualmente determinante para la salud, siempre que sea un consumo moderado (entre 400-600 ml/día en varones y entre 200-300 ml/día en mujeres) y en adultos sanos. Para embarazadas o mujeres en periodo de lactancia y si vas a conducir, la cerveza SIN es una opción más que interesante, con un contenido calórico aún menor (22 kcal/100 ml).

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