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Fin de año. Curiosidades gastronómicas de este día alrededor del mundo.

Se acerca el fin de año, todos nos reunimos con nuestros allegados, cenamos y celebramos juntos, comemos y bebemos… pero ¿sabías que en cada parte del mundo la tradición gastronómica es diferente en función de su cultura, historia y costumbres? Aquí vamos a ver algunas de las más curiosas y distintas con respecto a nuestro país.

Antes de conocer tradiciones por el mundo, debemos también conocer las nuestras propias. En España, lo más común es tomar una copiosa cena con entrantes diversos y un principal de cordero, aunque cada vez se escogen más principales diferentes, inclusive de pescado, entre los que destacamos el besugo pese a que su precio es bastante elevado.

Pero lo más importante para nosotros son las doce uvas en las doce campanadas para entrar en el nuevo año con buen pie. Esta tradición parece venir del siglo XIX, cuando los burgueses tomaban 12 uvas, una por cada mes del año siguiente, como símbolo de año próspero. Pero su mayor arraigo, proviene de principios del siglo XX, tras una cosecha de uvas en Murcia en la que hubo un enorme excedente, que antes de desperdiciarlo, se decidió repartir entre las gentes más desfavorecidas para que tomaran 12 cada uno junto a las campanadas tal y como hacían los más adinerados. Desde entonces hasta día de hoy, es tradición para todos los españoles de cualquier clase social.

Otros países hispanoamericanos se han apuntado a esta tradición cada año como: MéxicoVenezuelaBoliviaEcuadorEl SalvadorPerúColombiaPuerto RicoNicaragua y Costa Rica. En Portugal siguen la tradición también, pero prefieren uvas pasas, más fáciles de tomar y sin pepitas.

Tradiciones en la cena principal:

En España entendemos que se cena una sola vez, pero eso no sucede así en todas partes. En Estonia, por ejemplo, cenan 7, 9 o 12 veces porque consideran que son los números de la suerte que aseguran que empezaremos bien el próximo año. Cierto es que cada cena es más ligera y no hay que terminarse todos los platos afortunadamente.

En Italia, es característico tomar cotechino, que es carne de cerdo embutida con lentejas en una receta típica que da buena suerte para el siguiente año. Los italianos que lo creen, aunque no sea de su agrado, toman al menos una cucharada por superstición. Aquellos que no lo hacen, por lo menos incluyen las lentejas en la cena, símbolo de riqueza y abundancia.

En Portugal en cambio, optan por platos más ligeros como el pavo, bacalao o mariscos en el principal. Por lo demás, su tradición no difiere mucho de la nuestra.

En Alemania, es común introducir chucrut (col fermentada) como guarnición, aunque también haya patata.

En Dinamarca, es habitual poner pan con albahaca de guarnición, escondiendo una moneda, que a quien le toque tendrá buena suerte el año siguiente, pero no tiene que pagarlo como en el roscón de reyes español.

En Norteamérica también tienen sus propias tradiciones. Canadá siempre incluye de guarnición guisantes negros en el plato principal; Estados Unidos se suele incluir un plato de alubias negras con arroz, acompañado de otros ingredientes varios, que simboliza la riqueza.

En Sudamérica las tradiciones varían muchísimo más entre países. Por ejemplo, Venezuela no puede pasar sin sus hallacas, masas de harina de maíz rellenas de carne con distintos ingredientes, y envueltas en hojas de plátano. Además, es una costumbre regalárselas a los más allegados. En Argentina, es muy común un asado argentino o lechón asado, y en Chile, el pavo relleno, a menudo con la presencia de lentejas por algún plato.

Otros países aún más diferentes como Japón consideran este día el más importante del año, por lo que siguen un extenso protocolo de celebración. Dentro de la gastronomía, destaca incluir un plato de toshikoshi, unos fideos de soba muy largos, como símbolo de vida larga. En Año Nuevo, suelen tomar osechi ryori, formado por un conjunto de delicias como algas, pasta de pescado, mariscos, verduras japonesas… Por cierto, allí las campanadas en vez de 12 son 108.

En cambio, en China curiosamente escogen los platos en función de cómo suena su pronunciación. Por ejemplo, habitualmente eligen pescado porque suena como «yu´´, similar a la palabra: abundancia. Y uno de los pescados más escogidos es el carpín, que se pronuncia similar a buena suerte: «ji´´. También es típico incluir empanadillas cocidas rellenas de col llamadas jiazoi.

 

 

Tradiciones en los postres:

Así como en España no tenemos un postre muy definido, y lo habitual es sacar la bandeja de turrones, polvorones y mazapanes, en Dinamarca y Noruega tienen un postre típico que se llama kransekage. Este postre tiene una composición similar al mazapán, pero en forma de pastel en el que se colocan una serie de anillos concéntricos que simulan una pirámide. Además, los daneses tienen la tradición de romper un plato después para que les dé suerte.

 En Grecia, es típica la Vassilopita o tarta del rey, hecha con almendras, cuyo interés reside en el plato que se decora con joyas o monedas como signo de prosperidad en el año siguiente, y lo sobrante se deja a Santa Claus como ofrenda que, por cierto, allí llega en fin de año. Además, dentro esconden una moneda, siguiendo la misma costumbre que nuestro roscón de reyes.

En Suiza, en cambio, más típico que el postre es utilizar merengue para tirarlo al suelo durante una ceremonia para pedir prosperidad y riqueza en el año siguiente mientras que se hace un desfile y se encienden los faroles de cada casa.

En Perú y en Ecuador no falta su panettone acompañado siempre de chocolate caliente, así como nuestros churros con chocolate característicos en Año Nuevo o en el día de los Reyes Magos. En cambio, en China, incluyen bolitas de arroz aglutinado dulces con mandarinas y pomelos entre otros postres para comer en familia.

 

Y ¿para beber?

 

Sabemos que fin de año es una noche para pasarlo bien, celebrar el año nuevo con nuestro cotillón, familiares y amigos, y darnos algún que otro caprichito. En otros países del mundo las bebidas típicas de este día son muy variadas, pero en España solemos brindar con cava o bebidas fermentadas como la cerveza. Aún así, debemos recordar que lo recomendable es el consumo responsable y no sobrepasar lo que llamamos ‘ingesta moderada’: una o dos cañas al día para una mujer y dos o tres como máximo para un varón en el caso de la cerveza. Y es que las fiestas no deben de ser una excusa para dejar de seguir un estilo de vida saludable dentro de un patrón mediterráneo.

 

De una u otra forma, algunas más curiosas que otras, cada país tiene sus tradiciones y costumbres propias para celebrar su fin de año siempre con sus seres queridos, y de la forma más divertida posible, para entrar con buen pie al año siguiente. ¡Feliz Año Nuevo!

 

Escrito por: Andrea Calderón

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