
Día Mundial de la Evolución: celébralo con una caña
En una celebración, una tarde con amigos, el partido de fútbol de la tarde o después del trabajo, siempre es un buen momento para acompañar tu tapa o ración favorita con cerveza. ¿Pero alguna vez te has preguntado desde cuando esta bebida fermentada ha estado presente entre nosotros?
Sobre el origen de la cerveza, se debe decir que es una de las bebidas fermentadas más antiguas de la humanidad. Aunque no existe una fecha exacta donde ubicar la primera cerveza de la historia, algunos hallazgos arqueológicos dan cuenta de una bebida fermentada a base de cereales que data del año 3.300 A.C. aproximadamente.
Actualmente, la cerveza se obtiene a partir de agua y materias primas naturales, como son la cebada y el lúpulo, que aportan elementos beneficiosos para la salud. Además, también es rica en vitaminas, minerales y numerosos polifenoles, que poseen una gran capacidad antioxidante y antiinflamatoria.
Y es que, además de que su consumo moderado resulta beneficioso para la salud, la cerveza nos ha acompañado a lo largo de nuestra historia desde hace miles de años.
Historia de la cerveza
Las primeras referencias históricas, hace 6.000 años a.C. señalan que, al sur de Babilonia, entre el Tigris y el Éufrates, se instaló la civilización sumeria. De hecho, en la receta de cerveza más antigua que se conoce, alaban a la diosa Ninkasi, cuyo nombre significa “aquella que llena las bocas”, porque además, consumían esta bebida con el objetivo de evitar enfermedades infecciosas que se adquirían al beber agua no higienizada. Aunque realmente los expertos señalan que su descubrimiento pudo tratarse de un accidente al mezclar agua con cereales hasta la fermentación. Y es que, en la historia del ser humano, siempre han existido pequeños errores han resultado ser grandes descubrimientos, como en el caso de los antibióticos de Fleming o el viaje a la India de Colón.
Los egipcios consideraban que la cerveza, a la que llamaban ‘zithum’, era más sana que el agua, se convirtió rápido en parte importante de su dieta y cultura. Les gustaba tanto que querían disfrutarla incluso en la otra vida y por eso en las tumbas egipcias se encontraron escritos haciendo mención a la cerveza y su deseo de eternidad. Era la bebida de los vivos, los muertos y los dioses. Los antiguos egipcios perfeccionaron la receta de los sumerios, y sustituyeron la cebada por la espelta.
Hay escritos de la Antigua Grecia y Roma en los que afirman que la población de Europa occidental teníamos un líquido hecho de cereal y agua, que la gente de Hispania en particular sabían fabricarlo tan bien que se mantenía mucho tiempo en buen estado. Y es que, ya entonces destacábamos por el saber hacer en nuestro país. Hipócrates, padre de la medicina, alabó esta bebida asociándola con importantes beneficios para la salud.
Durante la Edad Media, los bárbaros triunfaron y extendieron el consumo de la cerveza hacia el norte de Europa. De hecho, en el año 1516 se establece la “Ley de la pureza” en Bavaria, que hoy en día aún se mantiene en vigor. Esta ley establecía que la cerveza se podía hacer solo con cebada, lúpulo y agua. Más tarde se añadiría también el trigo. Los monjes en sus monasterios se dedicaron no solo a hacer la cerveza, sino a mejorarla y obtener nuevas variedades. Gracias a ellos la elaboración de cerveza se convirtió en un verdadero arte que mantenemos hoy día.
Con la Revolución Industrial se moderniza también la fabricación de cerveza. Varios factores contribuyen a ello como la refrigeración comercial, la distribución vía ferrocarril, el embotellado automático y el proceso de Pasteurización. ¿Sabías que este proceso se llevó a cabo antes en la cerveza que en la leche? Pues así es, pasaron 22 años desde que Pasteur llevase a cabo los procesos de fermentación para lograr estabilizar la cerveza, hasta aplicarlo a la leche.
La cerveza en España
¿Sabías que la cerveza más antigua de Europa es de origen español? Las primeras evidencias de la producción de cerveza databan del IV milenio a.C. y fueron encontradas en Godin Tepe (Irán). Pero hace 23 años, tres arqueólogos de la Universidad de Barcelona descubrieron en la Cova de Sant Sadurní (Begues, Barcelona) restos pertenecientes al período 5.500-4.000 a.C. Según este increíble los hallazgo es, hasta la fecha, la cerveza más antigua de Europa.
Los habitantes de Begues en el Neolítico cultivaban cereales y habían aprendido a germinarlos en barro, lo que transformaba el almidón en maltosa (un azúcar simple). Y, además, los secaban con fuego para detener el crecimiento del grano. El cereal malteado se molía entre piedras y se ponía en una vasija con agua, junto a miel y bayas silvestres que potenciaban el sabor y la fermentación alcohólica de la cerveza. Aquella cerveza era más densa que la que conocemos actualmente.
Con la invasión de la península por pueblos de origen germánico tras la caída del Imperio Romano, el consumo de la cerveza se generalizó aún más. Pero, el siglo VIII, con la invasión musulmana de la península ibérica, el consumo de cerveza sufrió un paréntesis hasta la llegada de los musulmanes en el siglo VIII marcó un paréntesis. Con la llegada de Carlos V al trono en el siglo XVI, la cerveza vuelve con fuerza a nuestro país. Su afición era tal que, tras su abdicación en 1556, se retiró al monasterio de Yuste y estableció allí una pequeña cervecera dirigida por su cervecero personal.
Y es que, durante toda nuestra historia, los humanos hemos disfrutado de esos ratos donde el tiempo se detiene, donde puedes disfrutar de la cultura, la música y la gastronomía alrededor de tus amigos o familiares. Así que, celebra este día consumiendo esa cerveza que tanto te gusta, y recuerda, que sea de forma responsable para poder disfrutar de todos sus beneficios.