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Bajo contenido calórico

La cerveza es una bebida fermentada con una baja aportación calórica. Una caña de 200 ml tiene tan sólo 88 kcal y en el caso de la cerveza sin alcohol esta cantidad se reduce a una media de 44 kcal/200 ml.[1] Existe numerosa evidencia científica que constata que un consumo moderado de cerveza en el marco de la Dieta Mediterránea y una correcta actividad física no va ligado a un aumento de peso.

Así, hay estudios científicos[2] que destierran el mito de la llamada “barriga cervecera” y cuestionan que exista relación entre el consumo moderado de cerveza y la aparición de obesidad abdominal. De hecho, hay evidencia en cuanto a que los problemas de obesidad están asociados a una alimentación desequilibrada, la falta de ejercicio y, en algunos casos, la información genética[3] y no al consumo moderado de esta bebida.

Además, el estudio “Asociación entre el consumo moderado de cerveza tradicional y sin alcohol y la composición corporal”[4] constata que el consumo moderado de cerveza no provoca un aumento de peso ni modificaciones en la composición corporal. Las mediciones antropométricas realizadas a los participantes determinaron que el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin, no modifica la circunferencia del brazo, cadera y cintura; y tampoco provoca alteraciones significativas en los pliegues cutáneos.

Investigaciones internacionales también ratifican estas conclusiones y señalan que el consumo de cerveza no produce un aumento de la circunferencia de la cintura. Así, la investigación “La cerveza y la obesidad: un estudio transversal”[5] señala que es improbable que una ingesta habitual de cerveza esté relacionada con un aumento significativo en el índice de masa corporal y en el índice cintura-cadera.

Otra investigación[6] afirma que el consumo moderado de cerveza, en el contexto de un patrón de Dieta Mediterránea, no se acompaña de un aumento de peso (de hecho, el peso era menor en los consumidores moderados), ni de aumento en el perímetro abdominal.

Otro estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria[7] ratifica la afirmación anterior, ya que demuestra que los consumidores de cerveza de forma moderada presentan una composición corporal más adecuada que los que declaran consumos inferiores y superiores, lo que pone de manifiesto que el consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza, puede formar parte de una dieta saludable debido a que su contenido calórico es relativamente bajo.

También está demostrado que las personas que consumen cerveza de forma regular realizan una actividad física más elevada y tienen menor Índice de Masa Corporal (IMC). Así, una investigación[2] concluye que el 43% de hombres consumidores habituales de cerveza realiza una actividad física muy elevada y, entre las mujeres, los porcentajes más altos de consumidoras de cerveza también realizan una actividad física media y elevada.

 

[1]  Media de kcal obtenida a través de la media entre las 10 cervezas sin alcohol más vendidas en España

[2] Bamforth, C.W. 2012. Practical Guides for Beer Quality: Foam. American Society of Brewing Chemists

[3] Romeo J, González-Gross M, Wärnberg J, Díaz LE, Marcos A. “¿Influye la cerveza en el aumento de peso? Efectos de un consumo moderado de cerveza sobre la composición corporal”. Nutrición Hospitalaria. 2007; 22(2):223-8

[4] Veses Alcobendas A. Mª, “Asociación entre el consumo moderado de cerveza tradicional y sin alcohol y la composición corporal” Beca Manuel de Oya 2010. Centro de Información Cerveza y Salud

[5] Bobak M, Skodova Z, M Marmot. “Beer and obesity: a cross-sectional study. Department of Epidemiology and Public Health, International Centre for Health and Society, University College London, UK; and Department of Preventive Cardiology, Institute of Clinical and Experimental Medicine, Prague, Czech Republic. European Journal of Clinical Nutrition (2003) 57, 1250-1253

[6] Estruch R. Urpí M. Chiva G. Romero E.S. Covas, M.I. Salas-Salvadó J. Wärnberg J y Lamuela-Raventós R. M. “Cerveza, Dieta Mediterránea y enfermedad cardiovascular”. Centro de Información Cerveza y Salud. Estudio 18. Julio 2010

[7] Ortega Anta, RM; Serra Majem, L. “Relación entre el consumo moderado de cerveza, calidad nutricional de la dieta y tipo de hábitos alimentarios”. Centro de Información Cerveza y Salud. Estudio 21. Septiembre 2014

[8] Serra Majem, L; Aranceta, J; Pérez Rodrigo, C; Ribas, L; Llopis, J; Mataix, J; Bello, L; Tojo, R; Tur, J.A.. “La cerveza en la alimentación de los españoles: relación entre el consumo de cerveza y el consumo de energía y nutrientes, el índice de masa corporal y la actividad física en la población adulta española” Centro de Información Cerveza y Salud. Estudio 11. Enero 2003